Canapino hizo un carrerón, pero fue penalizado y terminó 22°

El argentino tuvo un gran desempeño en el Indy500, pero un error le costó muy caro. Newgarden ganó la carrera en un final épico.

Las 500 Millas de Indianápolis son esto. Se puede ser rápido, se puede tener fortuna y el auto puede andar bien, pero lo que las definen son los detalles. En la victoria, como sucedió con Josef Newgarden (lo pasó a Pato O’Ward en la última vuelta de una forma excepcional), y también en la derrota. Agustín Canapino, por segunda vez consecutiva, se chocó con esa realidad: en el 2023 había sido un toque faltando pocas vueltas, y en esta edición, cuando estaba para terminar en el Top 10 y obtener un resultado histórico, una falla en boxes que lo privó de redondear un carrerón y lo dejó en el 22° puesto.

La primera vuelta de la carrera (qué primera vuelta, ¡primera curva!) fue un anticipo de lo que se vendría. Apenas pasada la bandera verde, la cantidad de autos bajó de 33 a 30: un piñón dejó sin chances a Ericsson, Blomqvist y Fittipaldi. ¿Cómo hizo el arrecifeño para avanzar tanto después de haber arrancado en la octava fila? Porque supo aislarse del lío, incontable a lo largo de la final (hubo varios desparramos); porque no se equivocó en la pista, como sí les pasó a experimentados de la talla de Colton Herta, y porque el Chevrolet del Juncos aguantó de principio a fin.

No fue la norma, eh. Cuando empezó a salir humo de los autos de Felix Rosenqvist y Katherine Legge, la única mujer en haber formado parte de la competición, ¿quién no se acordó de la falla que impidió que Canapino se metiera en el Fast 12 en la clasificación? Por fortuna, el Chivo lo acompañó como un fiel ladero y él hizo el resto.

El Titán fue pasito a pasito en el primer tramo de la carrera, siempre cerquita de un Romain Grosjean que avanzó con él a lo Ricky Bobby con Cal Naughton Jr., y en un momento dado se despegó. Antes de que los argentinos se pudieran dar cuenta, quien los representa en el IndyCar estaba en un sube y baja con el pelotón de arriba, codeándose con monstruos como Helio Castroneves y dejando atrás a otros tantos como Takuma Sato y Will Power.

Con 28 vueltas para el final, nada parecía poder arrebatarle la gloria (a estos niveles, terminar entre los primeros 10 es poco menos que tocar el cielo con las manos). Pero un mal ingreso a boxes, superando la velocidad límite y siendo obligado a hacer un stop-and-go en la vuelta siguiente, frustró el sueño argentino.

Este parecía ser el año para Canapino, que a pesar de todo cumplió su objetivo inicial (“terminar la carrera”, como no lo había conseguido anteriormente). Para el futuro, y viendo cómo corrió a la par de los mejores, por qué no ilusionarse con algo más.

 

 

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